Como personas cristianas, personas de otras tradiciones de fe y aliadxs desde diversos campos y disciplinas, es nuestra responsabilidad denunciar y combatir las mal llamadas “terapias de conversión” o “terapias reparativas”, al ser estas una expresión de un fenómeno histórico que tiene sus raíces en la colonia: la instrumentalización de la fe como arma en contra de sectores vulnerabilizados y la apropiación del lenguaje religioso para legitimar diversas formas de violencia.
¡No hay nada que curar! ¡La divinidad está con y en nosotrxs!
Personas cristianas y aliadas en contra de las ECOSIEG