Violencia Espiritual ocurre cada vez que el lenguaje sobre Dios o el moralismo religioso, causa daño – con o sin intención – al valor sagrado o la dignidad íntima de una persona o grupo. Puede ser ejercida por cualquier persona, incluso personas muy cercanas y en cualquier contexto social. Produce daños emocionales, psicológicos y espirituales, partiendo de ideologías religiosas y sociales que niegan la autenticidad y el valor sagrado de la persona a partir de la Supremacía Cristiana. 

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Abuso Religioso es una forma severa de Violencia Espiritual, ejercida de forma repetida y mal intencionada en espacios formalmente religiosos. Consiste en formas de maltrato o agresión hacia una persona o grupo de personas en el marco de una relación intencionalmente diseñada para compartir y/o crecer en la espiritualidad u otras dimensiones religiosas. El Abuso Religioso es a su vez una forma de abuso de poder, que implica, por lo general, la relación entre una persona o una instancia con poder otorgado por estructuras religiosas y personas o grupos subordinados a estos que se identifican como, seguidoras, discípulos, aprendices, hijas e hijos espirituales, ayudantes, fieles, ovejas, etc.

Trauma Espiritual ocurre cuando una persona enfrenta eventos que producen una violación o pérdida de algo que consideran sagrado. Son eventos no predecibles y devastadores, asociados a experiencias espirituales o religiosas negativas. Se manifiesta en dolorosas luchas espirituales difíciles de superar a nivel emocional y físico. Implica sensaciones de desconfianza y enojo, así como sentirse profundamente traicionados, con la sensación de que Dios y sus fundamentos espirituales les fueron robados.

Supremacía Cristiana es la relación parasitaria que se establece cuando ciertas corrientes del cristianismo son puestas al servicio de los sistemas de poder y dominación. Se utiliza la cultura, los imaginarios y textos sagrados del cristianismo para moralizar y legitimar medidas violentas y opresoras de instituciones, gobiernos, individuos y grupos de poder. 

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Hegemonía Cristiana consiste en el predominio del cristianismo cultural sobre otras religiones, debido a la gran concentración de personas que practican la misma tradición religiosa, fruto de la colonización efectuada por las potencias europeas y el proceso de cristianización de los pueblos conquistados. 

Legalismo Religioso consiste en conjuntos de reglas y leyes morales estrictas, supuestamente basadas en la Biblia, la Palabra de Dios, que funcionan como mecanismos de control social a fin de incrementar el poder de los pastores o líderes y disminuir el cuestionamiento y agencia de la libertad en les creyentes.

Cristianismos Fundamentalistas son movimientos religiosos que se caracterizan por sostener creencias estrictas que son producto de la interpretación literal de la Biblia, doctrinas conservadoras y la idea de superioridad de sus enseñanzas religiosas. Estas características se manifiestan comúnmente en forma de intolerancia y oposición a otras religiones, a teologías cristianas más liberales y al conocimiento científico.